La betaína anhidra minimiza el impacto negativo del estrés por calor
INTRODUCCIÓN
Comparado con los mamíferos, las aves son especialmente sensibles a las variaciones de la temperatura ambiental debido a su mayor temperatura corporal (41ºC). Exceptuando los primeros días de vida, el rango óptimo de temperatura está entra 18 – 22ºC.
Las aves intentan mantener su equilibrio térmico con el entorno adaptando su comportamiento:
moviéndose a superficies más frescas
separando las alas del cuerpo
reduciendo su actividad y el consumo de pienso
y aumentado la ingesta de agua.
Además, empezarán a jadear, generando una alcalosis respiratoria y un desequilibrio ácido – base.
Figura 1: Efecto del estrés por calor sobre los parámetros productivos de las aves (adaptado de Alagawany et al., 2017)
» El estrés por calor en broilers, aparte
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